Identificación

Dr. Kepa Matilla (Psicoanalista - Psicólogo clínico) y Dra. Ana Lucas (Psicoanalista - Psicóloga sanitaria)

viernes, 10 de mayo de 2013

¿Cómo puedo tener una buena salud mental?


El pasado 24 de abril tuvo lugar en el Foro Solidario de Caja de Burgos la conferencia impartida por el Dr. Kepa Matilla "¿Cómo puedo tener una buena salud mental?".
Se trataron múltiples aspectos, si bien en esta entrada se recogerán brevemente aquellos que se estima fueron más interesantes.
Se puso de manifiesto cómo la misma definición de salud mental -tomando como referencia, verbigracia, la establecida por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS)- y los ideales de felicidad que circulan en el ámbito cotidiano suponen per se máximas difícilmente realizables. Las propias expectativas que imponen a las personas derivan precisamente, en muchos casos, ante su incumplimiento, en un efecto contrario. Es decir, el mero quebranto de algunas de las "normas de felicidad", principios de salud mental o apotegmas, ocasiona, en cierta medida, el propio malestar de los sujetos, cuando realmente en la vida acontecen eventos que no siempre tienen por qué ser dichosos y que son inexorables (pérdidas de amistad, accidentes, defunciones, fracasos, etc.).
Por otro lado, se abordó el tema del rechazo existente al acogimiento de la desazón de las personas. Manifiesto en aquellas situaciones, entre otras, en las que los pacientes acuden al terapeuta y éste termina exhortándoles cambios de actitudes, nuevas pautas de comportamiento y consejos varios para tratar de modificar/evitar sus vivencias particulares; lo cual deja entrever las tonalidades agresivas de la contratransferencia.
Asimismo se disertó sobre la tendencia existente en el ser humano a sobrepasar algunos límites, aún sabiendo que pueden ser dañinos para la propia salud, pero en la que se encuentra cierto goce o placer. Sea el caso de las drogas, el juego, los excesos, escaqueos y múltiples hechos que en su manera de acomerterlos confieren a los sujetos su singularidad y que pueden derivar en "patologías" particulares que por ende demandan terapias personalizadas. No ya para poder buscar "la felicidad", sino el saber hacer en la vida, redescubriendo los propios recursos del paciente, dotándole de mayor conocimiento de sí mismo y consecuentemente de libertad de elección ante diversas situaciones que se le presenten.

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